Mediante técnicas de cultivo
experimental se ha podido obtener neuronas de la corteza cerebral de fetos con Síndrome
de Down, pero estas neuronas corresponden a periodos del desarrollo bastante
diferenciados, por esta razón un grupo de investigadores, con el afán de obtener
neuronas en un periodo más precoz de desarrollo, menos diferenciadas y con
mayor potencialidad de transformación, descubrieron que al someter el tejido de
la corteza cerebral a sustancias especiales llamadas: factor de crecimiento endodérmico
y factor 2 de crecimiento fibroblástico, se forman acúmulos de células madres
llamadas neuroesferas, las cuales
sometidas a determinadas sustancias que les obligan a diferenciarse se
convierten en dos tipos celulares: las neuronas progenitoras y las células gliales.
Figura 1. Neuroesfera
De este modo, las neuroesferas
obtenidas del tejido cerebral humano ofrecen las siguientes oportunidades, lo
que hace que sean un instrumento ideal para estudiar cómo se desarrollan las
neuronas en el síndrome de Down:
- A partir de una muestra de tejido humano que tiene trisomía 21 se puede obtener un número prácticamente ilimitado de células.
- Se pueden usar las neuroesferas para estudiar el desarrollo prenatal, es decir, el periodo en que se está formando realmente la corteza cerebral.
- Se pueden analizar aspectos específicos del desarrollo: proliferación, migración, diferenciación.
- Se pueden someter las neuroesferas a la manipulación que se desee, bien de carácter genético (transfección y manipulación de genes), o epigenético (aplicando externamente sustancias o factores que modifiquen el metabolismo y funcionamiento de la célula).
Referencias:
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